miércoles, 15 de agosto de 2012

Humanos de Laboratorio

Instituto Juan A. Comenio
ETICA Y DEONTOLOGIA PROFESIONAL

Trabajo Final de Investigación en Bioética

FABIANA EMILIA VILLARRUEL

Prof. Lic. Ana G. Kelleyian Manoukian

Noviembre 2011


EN NOMBRE DE LA CIENCIA...

INTRODUCCION

Entre los años 1946 y 1948, científicos norteamericanos infectaron con enfermedades venéreas a más de 1.300 pacientes guatemaltecos, con el objetivo de realizar distintos experimentos médicos. Al menos 83 personas murieron a causa de estas pruebas
El propósito era comprobar si la penicilina, en ese entonces relativamente nueva, podía prevenir algunas infecciones de transmisión sexual.

El método era simple: se exponía en forma deliberada a miles de personas a enfermedades de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea y chancroide, para así determinar si la penicilina –entonces relativamente nueva– podía detener y combatir la infección. Las víctimas de este aberrante ensayo fueron 5.500, entre ellas niños huérfanos, pacientes con problemas mentales, indígenas, soldados, prostitutas y enfermos. A 1.300 de ellos se les inocularon enfermedades venéreas

El episodio se mantuvo oculto por décadas y recién se descubrió el 1 de octubre de 2010, gracias a que la historiadora médica Susan Reverbydel, del Colegio Wellsley, halló expedientes de los pacientes entre unos documentos del médico John Cutler, director del experimento.

Dado este aberrante caso, intentaré exponer:
• detalles del caso
• antecedentes y normativas para la experimentación científica en humanos
• informe de la comisión de Bioética estadounidense que investigó el caso,
• testimonios de sobrevivientes
• hipotético proceso de un sobreviviente
• fundamentos teóricos.
• Conclusión personal
Bibliografía


ATROZ EXPERIMENTO EN HUMANOS

Una conducta inhumana y cruel tuvo lugar en Guatemala: a los pacientes les abrieron heridas y se las infectaron con bacterias, meningitis y neurosífilis, entre otras enfermedades”. Con estas palabras, Anita Allen, integrante de una comisión investigadora estadounidense, reveló en la ciudad de Atlanta nuevos y macabros detalles del experimento médico que Washington realizó en el país centroamericano en la década de 1940. Uno de ellos muestra toda la perversión desplegada: a una mujer que padecía una enfermedad terminal le inocularon gonorrea, para ver cuánto tiempo sobrevivía.

Los experimentos se realizaron entre 1946 y 1948, provocaron la muerte de al menos 83 personas en forma directa y ya es considerado como uno de los episodios más sombríos de las investigaciones médicas en la historia estadounidense. Las víctimas de este aberrante ensayo fueron 5.500, entre ellas niños huérfanos, pacientes con problemas mentales, indígenas, soldados, prostitutas y enfermos. A 1.300 de ellos se les inocularon enfermedades venéreas.[1]
Estos estudios fueron realizados por médicos del Servicio de Salud Pública de EE.UU. y de la Oficina Sanitaria Panamericana, junto con organismos del gobierno guatemalteco. Todo fue pagado con fondos del gobierno estadounidense.

El método era simple: se exponía en forma deliberada a miles de personas a enfermedades de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea y chancroide, para así determinar si la penicilina –entonces relativamente nueva– podía detener y combatir la infección.
El episodio se mantuvo oculto por décadas y recién se descubrió en le año 2010, gracias a que la historiadora médica Susan Reverbydel, del Colegio Wellsley, halló expedientes de los pacientes entre unos documentos del médico John Cutler, director del experimento.
En ese momento el presidente Barack Obama ofreció disculpas a Guatemala y ordenó que una comisión de bioética, compuesta por notables, revisara lo ocurrido. En la presentación preliminar del informe, la directora de ese grupo de especialistas, Amy Gutmann, sintetizó el caso con dos palabras: “Escalofriantemente atroz”.

Al igual que Josef Mengele, el médico nazi de los pavorosos experimentos en los campos de concentración del nazismo, Cutler no tenía escrúpulos ni medía el espanto de sus experimentos. Por ejemplo, siete mujeres con epilepsia, que estaban alojadas en el Asilo de Alienados, fueron inyectadas con sífilis abajo de la nuca. Así trataban de comprobar la hipótesis de que la nueva infección podría de alguna manera curarles la epilepsia. Cada una de las mujeres enfermó de meningitis bacteriana, posiblemente por el uso de material sin esterilizar.

Quizá los detalles más perturbadores se refieren a una paciente femenina de sífilis, que se encontraba en estado terminal. Los investigadores, interesados en ver el impacto de una nueva infección en un cuerpo debilitado, le inocularon gonorrea en los ojos y en otras partes de su cuerpo. Murió seis meses después, en forma espantosa.[2]

De las personas inoculadas con enfermedades venéreas, como sífilis y gonorrea, sólo 700 recibieron alguna forma de tratamiento; posteriormente, indicó Hauser. El doctor John Cutler encabezó el experimento en Guatemala entre 1946 y 1948 con fondos de la Oficina Sanitaria Panamericana y con la colaboración de autoridades guatemaltecas.

Los investigadores de la Comisión dijeron que el estudio de enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, era muy importante desde el punto de vista científico en el momento en que se llevó a cabo, pero no encontraron ninguna excusa para justificar la forma en que se llevó a cabo el estudio, por lo que se concluye que hubo una falla institucional de parte de Estados Unidos.
Con la revisión de miles de documentos de los archivos de Cutler, los miembros de la Comisión se dieron cuenta claramente de que los médicos estadounidenses engañaron a los participantes, quienes eran miembros de sectores especialmente vulnerables, además de que no mantuvieron expedientes, no protegieron a los sujetos de los riesgos a los que los estaban sometiendo y condujeron experimentos sin coherencia y sin un orden lógico.

“Independientemente de los problemas éticos, desde el punto de vista puramente científico, estos investigadores no sabían lo que estaban haciendo”, dijo el doctor Nelson Michael, miembro de la Comisión e investigador del Walter Reed Army Intitute of Research.[3]
También participaron en el experimento hombres y mujeres que se encontraban en un hospital psiquiátrico. A algunos sujetos se les introdujo la bacteria a través de incisiones en los genitales, en los brazos y hasta en la cara.

A los pacientes se les trató con penicilina para probar la eficacia de este medicamento para curar o prevenir la sífilis, enfermedad que puede provocar comezón y dolores en el área genital, y si no es atendida a tiempo puede causar daño en los órganos internos, así como parálisis, ceguera y hasta la muerte.

Amy Gutmann, presidenta de la Comisión y presidenta de la Universidad de Pennsylvania, dijo que algunos de los involucrados en el experimento sabían que no podrían haber obrado de esa manera con población de Estados Unidos.“Los investigadores norteamericanos sistemáticamente violaron hasta el más mínimo respeto a los derechos humanos durante esta investigación”, agregó.

Los miembros de la comisión concluyeron que el experimento en Guatemala fue “infame”, incluso para las normas vigentes en la época. Compararon el estudio con un experimento efectuado en 1943 en el que se inoculó gonorrea a presos de la cárcel de Terre Haute, en Indiana.
Los reos participaron de manera voluntaria, se les comunicó el objetivo del estudio y se les pidió su consentimiento. Los guatemaltecos, en cambio, no recibieron ninguna explicación ni dieron su consentimiento, dijo la Comisión en su informe preeliminar.

“Los investigadores pensaban que estaban en guerra contra la enfermedad y en la guerra los soldados mueren…”, comentó la doctora Reverby al tratar de explicar la forma en que esos investigadores veían su trabajo. Al hacer una reflexión acerca de los hallazgos, la investigadora aseguró que es muy fácil decir: nosotros nunca hubiéramos hecho algo así. “Debemos pensar que muchas de las cosas que estamos haciendo hoy, en 20 años parecerán atroces”, agregó.
Según la comisión, la nueva información indica que los médicos tuvieron una insólita actitud inmoral, incluso si el hecho fuera puesto en el contexto histórico de la época: “Los investigadores colocaron en primer lugar sus propios avances médicos y en un distante segundo lugar al decoro humano; estos son graves violaciones a los derechos humanos”.[4]

Los registros indican que un funcionario de salud guatemalteco propuso primero que médicos estadounidenses llevaran a cabo el estudio y cuando éste concluyó, un funcionario correccional guatemalteco calificó de "noble" al doctor Cutler, pero no está claro si los dos funcionarios conocían todos los detalles de la investigación.
El gobierno de Guatemala, que dio a conocer este caso, está haciendo su propia investigación. Quiere saber qué consecuencias tuvieron los pacientes y sus familias a raíz de las infecciones a que los sometieron. Ya logró ubicar a cinco sobrevivientes, de entre 84 y 85 años. Antes, la prensa había localizado a una mujer llamada Marta Orellana, a la que incluyeron en los fatídicos experimentos cuando tenía sólo 9 años.

Antecedentes y normativas éticas para la experimentación científica en humanos en humanos

Con el juicio de Nüremberg se conocieron los crímenes de los médicos nazis, que habían hecho su investigación mediante vivisección humana, haciendo observación directa de la muerte del corazón, etc.; para hacer estudios de adaptación habían experimentado a grandes alturas, con la consiguiente muerte por asfixia. En ese momento se estableció el Código de Nüremberg. Los principios de este Código se pueden sintetizar en lo siguiente:

1) Es necesario, para realizar una experimentación humana, el consentimiento voluntario del sujeto.
2) El experimento debe realizarse con la finalidad de obtener resultados precisos y no debe ser un experimento escogido al azar.
3) El experimento debe ser efectuado de tal manera que evite todo deterioro mental o físico a la persona que se le trata.

Estos principios éticos fueron ampliados y perfeccionados en "La declaración de Helsinki" (Anexo I), y se pueden resumir en los cinco siguientes:

1) El experimento debe tener un suficiente fundamento científico, y una base experimental previa. Se puede realizar con personas sólo después de haber experimentado con animales.

2) El experimentador debe tener una adecuada formación humana y científica.
3) El sujeto que va a ser sometido al experimento debe estar bien informado y dar su consentimiento libre; debe comprender el fin del experimento.

4) El riesgo con respecto a la vida, la salud, las molestias, deben ser proporcionales al beneficio que gana directamente el paciente, o el beneficio que gana la comunidad, estando por encima el bien del individuo.

5) No todo se puede investigar, en el sentido de que la investigación de determinados aspectos de la Ciencia puede llegar a ser perjudicial para toda la humanidad.

Así, aspectos básicos de una normativa para la experimentación científica en el hombre pueden centrarse de la siguiente forma:

Respecto a la persona

El consentimiento ha de ser expreso, pleno y libre.- El tema del consentimiento tiene además del aspecto ético una repercusión jurídica. Puede ser, lógicamente, denunciado un investigador por el abuso de poder que supone realizar esa investigación sin la aprobación plena del sujeto o sobrepasándose en lo que había sido autorizado.
El consentimiento debe ser distinto del otorgado simplemente para la actuación médica ordinaria, debe manifestarse expresamente una vez conocida toda información necesaria sobre la experimentación.

Para que el consentimiento sea pleno se requiere que la persona con capacidad de darlo esté plenamente informada de los riesgos, peligros, contenido, objeto, etc. del programa de investigación. Si la persona no puede darlo, por no tener capacidad, ha de haber un responsable tutor, un "guardián", alguien que le proteja y defienda de los riesgos indebidos. Esta función ha de ser asumida por los padres, tutores, familia. Sin embargo, comienza a plantearse una problemática bastante difícil en países "avanzados" en los que empieza, en algunos casos, a no ser real que los padres, la familia sean los protectores natos de los niños enfermos. Recientemente, en Inglaterra ha habido una fuerte polémica a causa del caso de una niña mongólica a quien era necesario hacer una intervención quirúrgica y los padres decidieron que se le dejara morir. Los médicos han apelado hasta la última instancia jurídica, y, ante la decisión de la autoridad, se realizó la intervención. La niña vive y, ante el hecho de que los padres la abandonan queda bajo la tutela del tribunal. Estas cosas plantearían la seria problemática de convertir al Estado en "propietario" de alguna forma de la vida de los ciudadanos. En la misma línea, con la socialización de la medicina, unas instituciones -la administración de la salud pública- en ocasiones adquieren un poder omnímodo que les lleva a no pedir autorización ni consentimiento de las personas para nada.

En cualquier caso, ese consentimiento para molestias y daños pequeños debe recabarse muy honestamente. No se puede eludir el hecho de que las personas tengan poco nivel cultural y por lo tanto se les suponga un recelo injustificado, o aprovechar la circunstancia de debilidad físico-psíquica, económica, etc., que les lleve a sentirse poco libres. Los beneficios de la investigación no excusan jamás de pedir consentimiento.

Riesgos.- En toda experimentación hay que analizar los problemas éticos que se refieren a los posibles riesgos o daños. Sólo son lícitos aquellos experimentos en los que hay certeza de que no se causará daño y tiene utilidad para aumentar los conocimientos científicos; o, en el caso de que se cause este daño, que el experimento realmente no sea tal, sino un tratamiento incierto a falta de un medio curativo cierto. Serían ilícitos los experimentos en los que hay peligro grave de hacer daño y no tienen utilidad para el bienestar corporal de la persona; y sería también ilícito ceder el propio cuerpo para experimentos peligrosos, a cambio de una cantidad de dinero.
Tampoco se puede infringir un daño desproporcionado o simplemente no querido por el sujeto. Lógicamente hay cosas que apenas llevan un daño consigo y que por tanto, no se requiere un consentimiento especial, pero también hay que ver si hay acumulación de "pequeños daños". Una anécdota ilustrativa es lo que ocurrió a un autor americano, director de una revista intelectual, que se puso enfermo; fue a un hospital y como era una persona importante y conocida, la gente se desvivió por él, empezaron a obtener muestras de sangre para poder determinar toda una serie de constantes, pero cuando ya le habían pinchado cinco o seis veces en una mañana, se empezó a alarmar. Como la cosa continuó al día siguiente, colocó un letrero en la puerta de la habitación diciendo: "No daré una gota más de sangre para investigación, porque me voy a morir de anemia".

Se supone que todo el mundo, en principio, está a favor de la donación voluntaria de sangre, pero puede haber gente que no lo esté y, por tanto conviene tener un escrupuloso cuidado de preguntarlo. Sin embargo, también es verdad que hay una cierta obligación moral de colaborar en una investigación de la cual pudiera derivarse un gran beneficio.

Daños.- No se puede lesionar la fama, la vida privada, etc. El respeto a la gente, el respeto a la persona humana durante la investigación es clave. Todo aquello que disminuya el respeto, la condición moral, aquello que someta, por ejemplo, a niños a situaciones de "stress", de terror psicológico o que pueda hacerles un daño, debe ser rechazado. La Ciencia debe tener una gran ambición de saber, pero el saber no es la razón última del hombre y hay cosas que éticamente son ilícitas y no deben practicarse por el simple hecho de que dañan a otros profundamente en el núcleo de su personalidad. Así, los experimentos psicológicos sólo serían lícitos realizarlos por motivos muy graves.

Respecto al investigador

El investigador no debería dejar de llevar a cabo un proyecto del que prevé que puede derivarse importantes consecuencias para la salud y la vida buena de otros hombres, por arduo y exigente que resulte el proyecto. También las investigaciones deberían ser fomentadas y favorecidas.
Por otra parte, siempre que una investigación conlleva un riesgo, es necesario, en el curso de la investigación, hacer todo lo posible para disminuirlo, y un modo de disminuir los riesgos de una investigación es planearla muy bien y dedicar a la preparación del protocolo los esfuerzos que sean necesarios. Si el abordaje de una determinada experiencia permite ahorrar 20 sujetos experimentales, deben ahorrarse; es obligatorio no someter a gentes a riesgos o simplemente a molestias por negligencia en el planteamiento de la experimentación. Por eso, la fase previa a la investigación en la cual los biólogos están implicados, es muy importante; muy importante porque conlleva estas grandes posibilidades. Y es obligatoria siempre una experimentación previa en animales.

Existen actualmente centros destinados a considerar si unos experimentos pueden o no ser realizados ya que, como se ha dicho al comienzo, se han llevado a cabo experimentos evidentemente contrarios a la dignidad de la persona y, por tanto, moralmente inadmisibles. El investigador no debe eludir este control. Actualmente en Estados Unidos, para ser aprobada la realización de una investigación de este tipo, se requieren permisos especiales. Así, existe un Comité de consentimiento que aboga por todos aquellos seres más débiles, como los niños, los deficientes, los prisioneros, etc.; el Instituto Nacional de la Salud que se encarga de dar consejo ético a distintas sociedades que fomentan la investigación. Y hay una Comisión Nacional para la protección de las personas sometidas a investigaciones biomédicas.[5]

Informe de la comisión de Bioética estadounidense que investigó el caso

La Comisión Presidencial de Bioética presenta resultados de su investigación histórica acerca de estudios sobre enfermedades de transmisión sexual realizados por el Servicio de Salud de los Estados Unidos en Guatemala durante los años cuarenta.

13 de septiembre de 2011
PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
WASHINGTON, D.C. – Hoy, la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética, presentó públicamente los resultados de su histórica investigación sobre los estudios llevados a cabo por el Servicio de Salud de los Estados Unidos en Guatemala en la década de los cuarenta, después de haber completado la redacción y entrega de su informe ante la Casa Blanca.
Dicho estudio conllevó la exposición e inoculación intencional de enfermedades de transmisión sexual en poblaciones vulnerables, sin el consentimiento de los participantes.

“Desde el punto de vista de la Comisión, los experimentos de Guatemala entrañaron inconcebibles violaciones básicas de la ética, aún juzgándolos de acuerdo con el propio reconocimiento de los requisitos de la ética médica de esa época por parte de los investigadores”, sostuvo la Dra. Amy Gutmann, presidenta de la Comisión. “Las personas que aprobaron, llevaron adelante, facilitaron y financiaron estos experimentos son moralmente culpables de estas injusticias en varios grados”.

Como consecuencia de las revelaciones efectuadas hacia fines del año pasado, acerca de que el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos patrocinó investigaciones médicas sobre enfermedades de transmisión sexual en Guatemala, entre los años 1946 y 1948, el presidente Obama encomendó a la Comisión que supervisara una profunda investigación de los hechos para determinar los detalles específicos del estudio.
El informe completo, Éticamente imposible: Investigación sobre enfermedades de transmisión sexual en Guatemala desde 1946 hasta 1953, también incluye el análisis ético del caso por parte de la Comisión. Este informe ha sido publicado en el sitio Web www.bioethics.gov."Ethically Imposible" STD Research in Guatemala from 1946 to 1948[6]

"Éticamente imposible" Investigación las ETS en Guatemala desde 1946 hasta 1948
incluye el análisis ético de la Comisión del caso.

Tras la revelación el pasado otoño que el PHS apoyado la investigación sobre enfermedades de transmisión sexual en Guatemala desde 1946 hasta 1948, el presidente Obama pidió a la Comisión de Bioética para supervisar una misión de investigación exhaustiva investigación de los estudios. Personal de la Comisión revisó cuidadosamente más de 125.000 páginas de documentos originales y cerca de 550 fuentes secundarias recogidas de archivos públicos y privados en todo el país. Personal de la Comisión también se realizó una determinación de los hechos del viaje a Guatemala y se reunió con el propio comité de investigación de Guatemala interna.

La investigación PHS involucrado intencionalmente exponer e infectar las poblaciones vulnerables a las enfermedades de transmisión sexual sin el consentimiento de los sujetos. "En opinión de la Comisión, los experimentos de Guatemala involucrados inconcebible violaciones básicos de la ética, incluso a juicio en contra del reconocimiento de los investigadores propios de las exigencias de la ética médica de la época", dijo el presidente de la Comisión Amy Gutman, Ph.D.,. "Las personas que aprobaron, llevado a cabo, facilitado y financiado estos experimentos son moralmente culpables en diversos grados de estos males."

El informe completo, "éticamente imposible" Investigación de las ETS en Guatemala desde 1946 a 1948. [7]


Testimonio de una sobreviviente

Marta Orellana tiene hoy 74 años, pero recuerda bien ese día de 1946, a sus 9 años, cuando estaba jugando en el orfanato y la llamaron a la enfermería. Allí la esperaban varios médicos que nunca había visto y hablaban un idioma que ella sospechaba que era inglés. Tenía jeringas y pequeñas botellas.
Le ordenaron que se acostara y abriera las piernas. Avergonzada se negó. Un médico guatemalteco que estaba allí le pegó una cachetada y ella comenzó a llorar. “Hice lo que me pidieron”, recordó en junio, en una entrevista con el diario The Guardian. Nunca se libró de la angustia, el dolor y la humillación de aquel momento.[8]

Hipotético proceso de un sobreviviente

Tomando en cuenta el testimonio anteriormente citado, y en un caso hipotético que Marta Orellana se presentara en un consultorio de counseling, podría encontrarse con algunos de los siguientes motivos de consulta:
Ø Miedo a los hombres, debido que fueron médicos de ese sexo los que le causaron dolor, humillación y angustia.
Ø Mala relación o rechazo consciente o inconsciente con su esposo, en el caso que se haya casado.
Ø Rechazo a los médicos en general debido a esta experiencia.
Ø Sentimiento de abandono y desprotección constante, por el abandono de sus padres sumado a la desprotección de quienes se supone debían protegerla (médicos y cuidadores del orfanato)

Ø Angustia constante que no le permite disfrutar, quizás al no poder expresar abiertamente sus sentimientos de aquel momento.

Ø Baja autoestima que no permite respetarse y aceptarse tal cual es, fue denigrada por sus autoridades.

Ø Sentimiento de humillación.

Ø Poco desarrollo de la resiliencia.

Ø Sentimiento de inferioridad, por sentirse menos que los demás a causa de lo sucedido.

Ø Sentimiento de culpa, por no haberse podido negar, defenderse, etc.

Ø Podría haber muchos más motivos de consultas íntimamente ligados o derivados de esta situación.

Mencionados algunos de estos motivos de consulta, se podría trabajar en counseling los siguientes temas:

v Fomentar la atmósfera de aceptación incondicional.

v Tiempo y espacio para expresarse libremente.

v Facilitar la resiliencia.

v Autoconocimiento e inteligencia emocional.

v Aceptación del pasado.

v Perdón hacia los demás y hacia uno mismo.

v Proyectar el futuro.

v Facilitar la fortaleza emocional.

v Desarrollar la autoestima.

Fundamentos teóricos


Fortaleza emocional:[9] Conocer y aprovechar la energía vital que nos proveen nuestras emociones, y comprender que en nuestro repertorio emocional cada una de ellas cumple una función y tiene una razón.
Nuestra emocionalidad condiciona nuestra efectividad al menos en tres planos:
• Disposición para la acción
• Condicionamiento del comportamiento futuro.
• Regulación de la interacción social.

La emocionalidad del pasado

El pasado vive en nuestros recuerdos. Son nuestras interpretaciones acerca de lo que sucedió lo que nos produce alegría y satisfacción, amargura y resentimiento.
Hay tres actitudes para introducirnos en nuestros recuerdos: la aceptación el perdón y la gratitud.
Aceptar el pasado implica asumir con claridad y conciencia que lo que pasó es irreversible, que ya nada podemos hacer para modificarlo, alterarlo ni recuperarlo. Que su presencia es ficticia y sólo incide en nuestra emocionalidad. Aceptar es condición necesaria para soltar amarras y no quedarnos aferrados a un recuerdo que no es disfuncional en el presente.
Perdonar es “soltar” ese recuerdo doloroso que sigue ejerciendo un daño en nuestro presente, ya que nos deja en una condición de dependencia emocional con respecto a quien consideramos que nos ha perjudicado. El perdonar no es algo que hacemos a favor de otro, sino que realizamos en exclusivo beneficio de nuestro bienestar y tranquilidad.
Gratitud es una actitud de vida. Es tomar nuestra existencia como una aventura maravillosa en la cual hemos venido a aprender no solo de las cosas buenas y momentos difíciles, sino también de las situaciones difíciles y traumáticas. La gratitud nos lleva a focalizarnos en los aspectos positivos de la vida y valorar todo lo bueno y agradable que tuvimos y tenemos, pero también a resignificar aquellas circunstancias tristes y dolorosas, y entenderlas como momentos de crecimiento y aprendizaje.

Respeto positivo e incondicional [10]

La tercera condición reside en el hecho de que el terapeuta debe experimentar un interés cálido hacia el cliente-un cuidado no posesivo que no exija gratificación personal-. Es una atmosfera que simplemente demuestra que “me preocupo”, y no que “me preocuparé por Ud. si se comporta de cual o tal manera”. Standal ha denominado a esta actitud “respeto positivo e incondicional”, puesto que no incluye condiciones de valor; a menudo he empleado el término “aceptación” para referirme a este aspecto del clima terapéutico. Implica tanto la aceptación de las expresiones de sentimientos”malos”, dolorosos, temerosos y anormales por parte del cliente, como la de los sentimientos “buenos”, positivos, maduros, seguros y sociables. Supone la aceptación del cliente y la preocupación por el como persona diferente, la aceptación de sus propios sentimientos y experiencias y significados personales que distribuye a estos últimos. En la medida en el terapeuta sea capaz de generar este clima generador de seguridad mediante el respeto positivo incondicional, es más factible se verifique en su cliente un aprendizaje significativo.

Inteligencia emocional. [11]

Según Goleman la inteligencia emocional es la capacidad de una persona de manejar con competencia una serie de habilidades estrechamente relacionadas con las actitudes. Entre las habilidades emocionales se incluyen la conciencia de uno mismo; la capacidad para identificar, expresar y controlar los sentimientos; la habilidad para controlar impulsos y posponer la gratificación, así como para manejar las sensaciones de tensión y se ansiedad; la capacidad de conocer la diferencia entre los sentimientos y las acciones y la adopción de mejores decisiones emocionales, controlando el impulso a actuar e identificando las distintas alternativas de acción y sus posibles consecuencias.

Diferentes ingredientes de la inteligencia emocional:
Competencia emocional
• CONCIENCIA DE UNO MISMO
Conciencia de nuestros propios estados internos, recursos e intuiciones.
-conciencia emocional:
Reconocer las propias emociones y sus efectos.
-valoración adecuada de uno mismo:
Conocer las propias fortalezas y debilidades
-confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades.
• AUTORREGULACION
Control de nuestros estados, impulsos y recursos internos
-Autocontrol: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos.
-confiabilidad: fidelidad al criterio de la sinceridad e integridad.
- integridad: asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal.
- adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los cambios.
- innovación: sentirse cómodo y abierto a nuevas ideas, enfoques e información.
• MOTIVACIÓN
Las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos.
- Motivación de logro: esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia.
- Compromiso:
Secundar los objetivos de un grupo u organización.
- Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión.
- Optimismo: persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos y los contratiempos.

Autoconocimiento [12] El autoconocimiento constituye un elemento fundamental de la inteligencia emocional. Tanto para la vida para la vida personal como para la vida profesional, hacer conscientes las propias motivaciones, los modos de reaccionar, los valores que nos habitan, nuestras necesidades, nuestras paradojas y pantallas de humo… es un camino de autogobierno. Sólo conociéndose puede uno mismo ser dueño de lo que habita.

Resiliencia[13]

La resiliencia puede definirse como la capacidad de recuperarse, sobreponerse y adaptarse con éxito frente a la adversidad, y de desarrollar competencia social, académica y vocacional pese a estar expuesto a un estrés grave o simplemente a las tensiones inherentes al mundo de hoy.

Conclusión personal

¿Dónde quedaron los derechos de estas personas? ¿Dónde estaban las supuestas personas que debían velar por los derechos de aquellos que no pueden defenderse solos?
Enseñamos a nuestros hijos a respetar la autoridad porque están para defendernos, cuidarnos, protegernos… ¿Qué les podemos decir a esos niños-ahora ya adultos- cuando ellos vieron que los que decían protegerlos, los exponían y obligaban a semejante atrocidad?
Aprovecharse de la debilidad, de la inocencia, de la soledad, de la enfermedad para llegar a un “bien científico”… ¿Tiene más valor un estudio científico que una persona? ¿No es la ciencia la que debe estar al servicio de la humanidad y no al revés?
¿Puede más un fin egoísta, un status, un avance científico y personal, un descubrimiento, más que el derecho del otro?
Este hecho atroz y aberrante salió a la luz, reveló la condición humana, la bajeza humana…
Y quizás si entrevistamos a los médicos que llevaron a cabo estos ensayos dirían que lo hicieron a favor de la humanidad, ¿los que sufrieron no eran humanos?
¿Hasta dónde llega nuestro derecho, nuestro avance, el cumplimiento de nuestros objetivos?
Al investigar más en profundidad estos casos encuentro que en nuestro país se está haciendo lo mismo, no en la década del 40 sino en la actualidad. No aprendemos de los errores… pensé que era solo un caso, pero no…
¿Cuántas veces y en mucho menor escala, que este suceso, hacemos lo mismo?
Con el fin de ser mejores, de más bienestar, de un status, de un objetivo individual, avasallamos los derechos de los demás, “porque el fin justifica los medios”. Lo vemos en lo cotidiano, por una oferta o un regalo en el supermercado, empujamos, golpeamos, pasamos sobre el otro, para alcanzar lo mejor. Degrado a la otra persona para sentirme mejor yo; me adelanto en la fila para pagar y llegar más rápido a mi casa, ¿la otra persona no quiere lo mismo? No es un hecho tan grave como lo ocurrido en Guatemala, es cierto, pero la intención es la misma. Dicen que la intención es lo que cuenta…
Quizás debamos recordar que nuestros derechos terminan donde comienzan los del otro…

BIBLIOGRAFIA:

Diario Clarín/ mundo/ miércoles 31 de agosto del 2011. Pág.24
http//www.Taringa/net/tags/experimentos
Http//www.bioethics.gov/ informe final
http//www.voanews.com/spanish/news/latin-amerixa/eeuu-guatemala-sifilis-experimento-medicina-118862504.html
Http//www.bioethics.gov/ informe final
Maestría personal, fortaleza emocional, autor: Anzorena. Pág. 43
Convertirse en persona.autor: Carl Rogers
Inteligencia emocional. Autor: J. C. Bermejo
Inteligencia emocional. Cap III. Autor: J C. Bermejo
Resiliencia en la escuela. Autor:


________________________________________
[1]Diario Clarín/ mundo/ miércoles 31 de agosto del 2011. pág.24

[3] http//www.Taringa/net/tags/experimentos
[4] http//www.voanews.com/spanish/news/latin-amerixa/eeuu-guatemala-sifilis-experimento-medicina-118862504.html
[5] http//www.bioethics.gov/ estudios
[6] http//www. Taringa/net/tags/experimentos
[7] http//www.bioethics.gov/ informe final
[8] Diario Clarín/ mundo/ miércoles 31 de agosto del 2011. pág.24
[9] Maestría personal, fortaleza emocional, autor: Anzorena. Pág. 43
[10] Convertirse en persona.autor: Carl Rogers
[11] Inteligencia emocional. Autor: J. C. Bermejo
[12]inteligencia emocional. cap III. Autor: J C. Bermejo
[13] Resiliencia en la escuela. autor: Herdenson, Nan Y Milstein.cap1

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